
Rutinas de Sueño
Esas rutinas son: la rutina del sueño, la de higiene y orden, la de alimentación para los más pequeños. Se sumarán luego la del estudio, la de colaboración en casa, entre otras.
¿En qué momento hay que empezar a establecer la Rutina de Sueño al bebé?
La Rutina de Sueño puede incorporarse en la dinámica familiar a partir de los 6 meses del bebé. Antes de ello sabemos la importancia de acudir a su llamado, favoreciendo de esta manera su sensación de confianza y seguridad. Los pediatras aconsejan la enseñanza de la Rutina de Sueño a partir de los 6 meses porque a partir de ese momento, los bebés tienen su “panza” preparada para pasar toda lo noche sin comer y entonces podemos intentar lograr que duerma toda la noche. La Rutina se establece teniendo en cuenta por un lado la permanencia a repetición de una secuencia establecida de pautas y por otro la firmeza con la que se sostiene. Para lograrlo es importante tener presente que el dormir es fundamental para el desarrollo saludable de los niños y para la sana cotidianeidad y convivencia de los adultos.
¿Cómo se establece la Rutina de Sueño?
- Desacelerar el ritmo de la casa, diferenciando el día de la noche…
- Un masaje y/ o un baño relaja y prepara para el dormir
- Asegurarse de que el bebé esté en condiciones óptimas para irse a dormir: limpio, bien alimentado, cómodo…
- Si la cuna es muy grande aún para su tamaño, reducirla con rollos de toallones en los costados, y exponiendo sus pies a los pies de la cuna, de tal manera que él sienta el límite en cada una de las partes.
- Acostarlo en su cuna, con su juguete “de cariño”…(osito, sabanita, etc) y bajar la luz
- La posición en la que debe dormir, es importante consultarlo con el pediatra, en este momento y luego de conclusiones científicas se adhiere a la posición “boca arriba”
- Saludarlo diciendo “adiós”, “hasta mañana”, etc. Explicándole lo que está por suceder, con un tono seguro y afectuoso.
- Si llora, no acudir rápidamente a calmarlo. Si le damos tiempo, tal vez pueda y aprenda a conciliar el sueño solito.
- Dejarlo llorar por períodos cortos pero progresivos. Es importante recordar en este momento que el bebé está aprendiendo a conciliar el sueño. Que no se trata de “dejarlo llorar o no”, sino de transmitirle un orden, una rutina que lo beneficiará, a la que necesita un tiempo de adaptación y que lo que reclama es lo que tiene durante el día, o tuvo hasta ahora también durante la noche: los brazos, el calor, la voz y la atención de sus padres. De ser necesario porque el llanto parece interminable, o a la mamá le resulta intolerable la espera, acudir a su llamado pero sin alzarlo, transmitiendo tranquilidad de que sus papás están allí, cerquita y que él debe ya dormirse.
- Si se levanta, volver a acostarlo tantas veces como sea necesario. Es importante intentar hacerlo con calma y seguridad.
- Repetir esta modalidad todas las noches sin retroceder salvo situaciones excepcionales. En una semana, 10 días se resuelve.
- Festejar cada progreso o logro.
¿Por qué los niños se pasan a la cama de sus padres?
Si los niños se pasan a la cama de sus padres, en general se trata de una modalidad que manifiesta que la Rutina de Sueño no se ha terminado de instalar de la manera correcta. Es decir, que los padres deben revisar el proceso y acompañar a los niños a establecerla. Lo que no han aprendido seguramente es a conciliar el sueño solos y la consecuencia de ello es que al despertarse, van a buscar a sus padres para que lo asistan mientras vuelven a dormirse. Muchas veces también sucede cuando la madre o el padre varían sus horarios de estadía en casa, permaneciendo más tiempo afuera. Los niños entonces reclaman más tiempo y para ello necesariamente lo hacen por la noche cuando sus padres están en casa, que coincide con tal vez el único momento en que los niños se encuentran solos. Es frecuente entre los 2 y 3 años que transiten la etapa de los terrores nocturnos y pesadillas. Esta puede ser también una causa del pedido de compañía mientras duerme. Por último debemos incluir la posibilidad de que el niño no esté pudiendo dormir bien: situaciones de intranquilidad, temores, pesadillas, fobias. Por ello si esta situación persiste lo mejor es realizar una consulta con un especialista. Sabemos que no es aconsejable ni para los niños ni para la pareja de padres que el niño duerma con ellos. Esto podría ser una vez establecido el orden, la rutina, una excepción.
Los grandes NO de las rutinas:
- No a la No rutina
- No a la rutina extrema que no nos permite disfrutar de otras cosas
- No a la rutina sin excepciones
- No a No poner límites
- No a No sostener las rutinas planteadas
- No a establecer rutinas a fuerza de gritos y peleas
- No a la rutina sin diálogo
Por Lic. Marisa Russomando. Psicóloga especialista en Maternidad y Crianza