La sexualidad nace con nosotros y muere con nosotros. En cada etapa de la vida es diferente y va evolucionando y cambiando a medida que transcurre el tiempo. Ya con estas pocas palabras vamos adivinando que durante el embarazo seguimos siendo seres sexuales. ¿Sabías que la sexualidad tiene 4 funciones? Si estás leyendo esto porque estás embarazada, quiere decir que una ya la experimentaste, y es la de reproducción, pero no es la única. Te cuento ahora sobre las otras tres: el placer, la intimidad con la pareja y la autoestima.
No deberías perderte ninguna de estas funciones solo porque estas embarazada. Vamos a dividir lo que te está pasando en cada trimestre de tu embarazo, solamente para hacerlo más didáctico:
Primer trimestre: Es el momento donde aparecen algunos malestares, como las náuseas por la mañana, los vómitos, te cansas más y tienes sueño. A esto se le suman algunos miedos (el mayor es a la pérdida del embarazo). No parecen buenos tiempos para pensar en tener actividad sexual… ¡Pero no creas que es así! Esta es la otra cara de este momento de tu vida: estás más vulnerable, necesitas contención, abrazos, mimos, besos y caricias….O sea, necesitas sexo.
Segundo trimestre: Durante esta etapa generalmente el malestar físico desaparece, ya no tienes la fantasía de la pérdida y las hormonas empiezan a jugar a tu favor, por lo que es probable que te conectes otra vez con tu deseo sexual. Algunas mujeres se conectan aún más intensamente que antes de embarazarse.
Tercer trimestre: Es en estos meses donde el vientre crece y los encuentros amorosos pueden resultar incómodos, ya no logras erotizarte como antes y unir el ser madre y el sexo te cuesta un poco más. A veces existe el interrogante de lo que sentirá tu hijo durante el coito. Te cuento que no tienes que preocuparte por eso porque el bebé está bien protegido por las membranas ovulares. De todas maneras, el sexo oral es una buena opción en esta etapa. Puedo contarte algo a favor de esta elección: la congestión que se produce en la vulva y la vagina hace que se lubrique mejor la zona y aumenten la sensibilidad y los orgasmos pueden resultar de mayor intensidad.
Veamos algunas conclusiones para tener en cuenta: el embarazo es una circunstancia que produce mucha ansiedad y ¿qué mejor que un encuentro sexual placentero (y toma nota que no digo “coito”) para ayudar a aliviar toda esta tensión? Las sustancias químicas que se generan durante una relación sexual y que te hacen sentir feliz van a transmitirle a tu bebé esa misma felicidad. Las relaciones sexuales mejoran la flexibilidad de los músculos pelvianos y ayudan a preparar el cuerpo para el parto. Por último, te hago una sugerencia: si se te plantean incertidumbres, no dudes en hablarlo con tu médico o médica obstetra porque a veces su propio pudor hace que no saquen el tema, pero seguramente estará listo para ayudarte con eso también.
Por Dra. Silvina Reisler. Médica sexóloga