La dulce espera es uno de los momentos más importantes que puede vivir una mujer. Un momento que comparte íntimamente con su pareja, y una felicidad que se hace extensiva al resto de la familia, a los amigos y a todos los allegados.
La importancia de planificar lo que comemos
Son nueve meses absolutamente diferentes para nuestro cuerpo, nuestra mente y espíritu, todo lo cual repercute en las emociones, como los miedos, las expectativas y cambios de humor. Al mismo tiempo es un período de gran responsabilidad pues está creciendo en nuestro vientre un ser humano fruto del amor y que como tal, deseamos darle las mayores posibilidades para que crezca y se desarrolle de la mejor manera.
De ninguna forma debe tomarse al embarazo como un período de enfermedad, pero sí de tiempos especiales que requieren de algunos cambios, entre los cuales la modificación de los hábitos alimentarios (para llevarlos a que sean los correctos) se constituyen en uno de los pilares de una espera más dulce. Es por ello que, dentro de todos los factores importantísimos a tener en cuenta, como son los controles prenatales con el obstetra, las ecografías y demás estudios, el curso pre parto, las charlas de lactancia y demás; existe un punto fundamental que es el ocuparse por el estado nutricional ya que éste se vincula con el crecimiento y desarrollo del bebé y con nuestro propio cuerpo.
El ejemplo más claro es el del Calcio, mineral que, si no es consumido en las cantidades y formas de ingesta correctas, el bebé tomará en primera instancia del organismo de la mamá y por ende, al no reponerlo adecuadamente, el cuerpo de la mujer se verá afectado por la disminución del mismo (problemas óseos). O el caso de la Colina, nutriente necesario nada más y nada menos que para el desarrollo del cerebro del bebé en formación, y componente esencial de todas las membranas celulares. Otros elementos sumamente importantes son el Hierro, el Ácido Fólico, el Zinc, el Selenio, las vitaminas en general, y el armónico equilibrio entre proteínas, hidratos de carbono y grasas. Prevenir complicaciones como la anemia, la pre eclampsia (hipertensión inducida por el embarazo), la diabetes gestacional, y otros problemas indeseables pueden en muchos casos ser parte de una correcta acción en el área de la nutrición.
Asimismo, una ganancia de peso muy grande, no necesariamente significa un aporte de todos los nutrientes, pues en la mayoría de los casos el sobrepeso se da por consumo de alimentos con “calorías vacías” (muchas calorías con poco o nada de nutrientes). No es cuestión de comer más cualquier cosa sino de comer en las proporciones adecuadas, los alimentos adecuados. Para ello la consulta al profesional en nutrición es una ayuda fundamental, que nos permitirá ganar peso de la manera adecuada, mantener un excelente estado nutricional, y poder volver a nuestro peso sin enormes sacrificios, disfrutando de comidas ricas, pero asegurando nuestro bienestar y el del bebé que estamos gestando.
Recordemos que los correctos hábitos alimentarios deben ir acompañados de la actividad física (como otro pilar fundamental para la salud), a fin de ayudar o colaborar en cumplir el objetivo que toda mamá desea: Tener un embarazo saludable y feliz.
Por Lic. Sonia Di Marino. Nutricionista