Durante el embarazo pasamos por distintas etapas en relación a la alimentación, tres principales que coinciden con los tres trimestres. En el primer trimestre, predominan las náuseas y podemos sorprendernos en que varios de los alimentos que consumimos habitualmente de pronto nos desagradan. En el segundo trimestre, lo llamamos “de plenitud” porque esos malestares y sensaciones desaparecen o son mínimos. En el tercero, muchas mamás experimentan una sensación de pesadez, justificada por el hecho de que el bebé presiona la vejiga y los intestinos al mismo tiempo que se dificulta la respiración.
Es función de la nutricionista guiar acerca de la alimentación y del aporte de nutrientes durante este período tan significativo para la mujer, que es la gestación de un nuevo ser.
Consejos para antes, durante y después de las celebraciones
Antes – No al ayuno
Un error que cometen algunas mujeres (embarazadas y no embarazadas) es prácticamente ayunar durante todo el día previo a una noche de celebración. Esto no sólo no sirve, sino que además es perjudicial: nuestro cuerpo sufre el impacto y más aún en el caso de un embarazo si no se consumen alimentos por más de 12 horas aumenta la posibilidad de un parto prematuro (por elevación de la hormona corticotropina). Tampoco sirve comer muy poquito ni saltear comidas, se debe cumplir con el plan nutricional habitual.
Durante – La ley de los tres platos
Un plato de entrada, uno principal y uno de postre. Lo que entre en cada uno y nada más. No es conveniente seguir picoteando entre platos y se desaconseja repetir. Las calorías serán más que suficientes si consumimos una entrada fresca, es decir que prevalezcan los vegetales por sobre las comidas más calóricas. El plato principal a elegir, puede estar formado por carnes magras (si tiene grasas se retira antes de consumirla), del pollo vamos a seleccionar la pechuga sin piel, y el cerdo consumido con moderación tiene ácidos grasos beneficiosos y se acompaña nuevamente por vegetales. En un plato tamaño postre colocar lo dulce que se va a consumir, de esta manera se controla la porción, pero al mismo tiempo se disfruta.
Después – No al exceso con las sobras
Si la celebración fue en nuestra casa colocar lo que se pueda en el congelador y lo que no se pueda repartirlo entre los invitados, la idea es no comer durante una semana seguida las sobras de vitel thoné, ensalada rusa, carnes muy pesadas, pan dulce y demás.
Pasadas las fiestas no someterse a una dieta estricta, ya que es perjudicial para la mamá y el bebé.
Ejemplos de una noche saludable
Entrada: ensalada de rúcula, espinaca, huevo duro y cherries. Aceto y oliva. Otra opción (algo más calórica) sería una porción de vitel thoné con algunos vegetales frescos.
Plato principal: vacío al horno a la mostaza con souflée de calabazas, o pollo al verdeo con zanahorias al orégano.
Postre: una copa de ensalada de frutas con una porción de helado, diez almendras y un trocito de turrón. Pan dulce, budines y otros postres, se puede consumir una rebanada sin culpas!
Recordar que las verduras crudas consumidas deben estar bien lavadas, las carnes bien cocidas y de alcohol media copita para el brindis, durante las comidas priorizar el agua que es lo más sano para el bebé.
Por Lic. Sonia Di Marino. Nutricionista